miércoles, 11 de diciembre de 2013

De mimos y mimones

Hola a todos y todas.

Hoy voy a escribir sobre unos elementos urbanos que los hay por todos lados. Me estoy refiriendo a los mimos.

Un mimo es un ser que se desenvuelve como flotando en un mundo irreal, al margen de lo establecido, es, según lo veamos, un artista o un despropósito, y digo esto porque mucho ha degenerado el mimo desde que Marcel Marceau se dignara a crear su personaje BIP con el sombrero de copa marchito y una flor en él, ataviado con su pantalón oscuro y la camiseta a rayas.

Parecía que no habíia mas estética que la suya, pues todos quería imitarle; andando en el aire, tirando de una cuerda imaginaria y perdiéndose en las inmensidades de una caja cerrada imaginaria de la que salia con bastante agobio después de haberse encontrado la llave en el suelo o en un bolsillo.

De ese tipo de mimo, se pasa al mimo urbano, donde se trata de hacer las mismas actuaciones repetitivas y poco originales, a seguir a la gente que pasea o va por la calle, haciéndo burla de sus movimientos al andar.

La tercera evolucion mimal es el que se queda quieto a modo de estatua y, ataviado de la más extraña coleción de abalorios y telas, simulan  ora un dragón milenario, ora una estatua de una señora con sombrero, etc.

Como quiera que conseguir dinero a base de la expectación que causan entre los viandantes resulta harto fácil, se apuntan a este carro cantidades ingentes de pernonajilos que utilizan los más variopintos trajes y elementos decorativos, y así tenemos una cabra que mueve la boca haciendo un clac-clac y un spiderman en la Plaza Mayor de madrid con un enorme sobrepeso y una ingente cantidad de triglicéridos.

A mi particularmente me parecen odiosos este tipo de mimos, nunca los he aguantado, porque ¿como puede nadie perderse en una caja de AIRE?. Eso es ridículo, como ridículo es meterse en los faldones de una cabra y mirar por una ventana de tela para ser la "mar de original" hablándole a los paseantes de turno.

Y como cada dia que pasa degenera más y más esto de la mímica, ya no te digo lo que haría con el spiderman de la Plaza Mayor y toda su ralea.

Un saludo prenavideño.

 

Juanjo O'Pater