miércoles, 17 de julio de 2013

Lengua española: Uso de prefijos y sufijos

Hola a todos y todas:

Hoy quiero clarificar el uso de los prefijos y sufijos en la lengua española.

Un prefijo es es un morfema de la clase de los afijos que se antepone a una raíz, lexema o base léxica para formar una forma lexical con diferente significado. 

Un sufijo es un tipo de morfema o afijo que se agrega después del lexema, raíz o tema de una palabra.

Esto, dicho así, puede no entenderse. Pogamos un ejemplo:

Un calvo es una persona que ha perdido el pelo

Prefijo: PUTO calvo es una persona que, habiendo perdido el pelo, no nos simpatiza mucho o, incluso nos es despreciable.

Sufijo: calvo DE MIERDA es una persona que habiendo perdido el pelo, nos es despreciable o insignificante.

Ahora bien, si en la misma palabra o frase usamos el prefijo y el sufijo, formamos el SUPERAFIJO. Véase.

PUTO CALVO DE MIERDA. persona que, habiendo perdido el pelo, nos es despreciable, insignificante y también puede significar el inicio de una bonita pelea en cualquier lugar.

Se puede sustituir la palabra calvo por cualquier otra y el significado con prefijo, sufijo y superafijo variaría muy poco respecto del ejemplo expuesto.

Así, a partir de ahora ya sabemos el origen y significado de las palabras, con lo que las podremos usar con más diligencia.

El español es un idioma muy rico.

Recibid un saludo

Juanjo O'Pater


El calvo mas codiciado. No vale para el ejemplo salvo que no te toque la loteria.

La irrompible cadena de acero español (the spanish steel unbreakable chain)

Hola a todos y todas:

Hoy hablaré de un pensamiento que me ronda desde hace ya mucho tiempo. Es el hecho de que a los sillones de mandato, se les otorge el poder de la extraña cadena de acero español. Indestructible y opresora, afirma y atenaza al que se sienta en el sillón de dirección.

Esta cadena, dicen, que fué forjada por acero de los buques que la Armada (La Invencible) llevaba en las cuadernas y travesaños de los buques y contiene, dicen, la fuerza de los marineros que dejaron sus vidas al servicio de España en las aguas tormentosas de los mares del norte.

Se encuentra dicha cadena puesta en cada uno de los asientos del congreso y del senado, y aprieta suavemente al principio, pero luego no hay manera de qutársela de encima. De tal manera, que aunque te pidan que abandones tu escaño o tu puesto o tu asiento porque has cometido delito de algún tipo, la cadena impide que te levantes y abandones el cargo.

Y da igual si eres presidente que asesor de asesor, de asesor de secretario. La cadena allí está, apretando y bloqueando cualquier iniciativa de liberación del puesto.

Han intentado, por supuesto, romperla de alguna manera, para permitir libertad de sentada y levantada del interfecto en cuestión, pero no hay manera. Los soldadores de acetileno no pueden con ella, ni las tenazas más potentes. Una pesadilla. Solo se afloja cada cuatro años mas o menos.

Cuidado con las cadenas y con los escaños, que cuando te sientas, no hay manera de abandonarlos. Es la maldición de la cadena. Todos la conocen.

Recibid un saludo.

Juanjo O’Pater

La irrompible cadena de acero español